Seremos más eficaces a la hora de dominar los tiempos, las pausas, la entonación, el ritmo, la articulación… Elaboraremos un discurso eficaz, con un vocabulario rico y fluido, sin coletillas ni lugares comunes. Esto nos permitirá también improvisar y hacer frente a cualquier situación en la que se nos solicite hablar en público, controlando el estrés y manteniendo la calma.
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